Cómo conocí a vuestr@ madre/padre

Hola compañer@s!! Estoy teniendo unos días un poco tontos, lo cierto es que no sé bien el motivo. La cuestión es que cuando me siento mal mi mente viaja a mi infancia, a aquellos momentos en los que nada me preocupaba, cuando los días se me hacían eternos y mi única preocupación era si bajarían al parque mi primo y sus amigos para jugar a fútbol con ellos, porque con mis amigas me aburría cambiando las famosas "cartas de olor" (jajaja). En fin, volviendo a mi infancia estos últimos días estoy recordando que es lo que hacía en Semana Santa con mi familia y con mis amigos del colegio. Todos los años antes de Semana Santa nos íbamos de excursión todos al Arenal (l@s que son de Elda, como Jacobo, Jorge o Elena o de lugares cercanos, como es el caso de MªCarmen que es de la Pedanía de Las Virtudes (Villena), conocerán sin duda este lugar) a disfrutar de un divertido día. Además, durante las vacaciones, siempre me llevaban mis padres. Pues bien, para los que no sabéis qué es el Arenal os lo explicaré: se trata de un paraje natural bastante peculiar, pues nos encontramos frente a una formación dunar en el interior de la provincia de Alicante, concretamente en el término municipal de Petrel. Aquí, se pueden encontrar especies características del litoral, así como del norte de África. Una vez explicado esto, quiero descatar que era tradición acudir allí en Semana Santa, aún recuerdo con una gran sonrisa cuando tardábamos horas (que sería menos tiempo pero parecía que tardábamos medio año) en poder subirlo para después bajarlo corriendo en cinco minutos, recuerdo aquellos porrazos que nos dábamos, esguinces, picaduras de insectos... aquellos sí que eran buenos tiempos!! Lo pasábamos en grande, días en compañía de familia y amigos acompañados de Mistela, en el caso de los adultos, y de agua en el caso de los menores. Además de esto, son múltiples las historias de mis padres y compañeros de generación que dicen que todos los domingos de Pascua iban allí para ligotear, para conocer chicos o chicas. ¡Cuántas historias habré escuchado de matrimonios que se conocieron allí...! Por cierto, uno de ellos, el de mis padres (de ahí el título de esta entrada).

Hace unos años cerraron el Arenal, ya no se podía ir allí en Semana Santa a disfrutar de un agradable día. ¿Por qué? El motivo es porque se estaba degradando. Hay numeros leyendas urbanas acerca de eso: unos dicen que la culpa era de los excursionistas, otros de los camiones de empresas de construcción que iban allí a robar arena para sus obras... Lo cierto es que me da igual quién sea el culpable. Creo que muchas personas contribuyeron a esta degradación y opino, con toda sinceridad, que es tarea nuestra inculcar en nuestros alumnos un respeto por la naturaleza, por el medio ambiente. Es algo fundamental e indispensable. Cuando empecé el Máster (inocente de mí) pensaba que mi único papel en un centro sería el de enseñar Lengua y Literatura. Pocos días después me di cuenta que mi trabajo tiene que ser enseñar a los alumnos a ser unos buenos ciudadanos, que sean personas con criterio, capaces de desenvolverse en la sociedad. Para ello, es fundamental la Educación en valores. Es muy importante destacar esto y más teniendo en cuenta en la comunidad en la que vivimos, pues considero que aquí no se respeta el medio ambiente y cada vez son más los montes y diferentes lugares naturales que desaparecen en favor de lujosos edificios, apartamentos de playa y parques de atracciones varios. En el caso que nos ocupa, me afecta porque con el cierre del Arenal ha desaparecido una tradición que perduraba desde antes de que mis padres fuesen adolescentes y debido a la degradación yo simplemente participé de ella de niña, no como adolescente y, aún así, me siento afortunada, ya que gente como mi hermana (que sólo tiene cinco años menos que yo) no han conocido esta fabulosa tradición.
En definitiva, con esta historia (bastante larga, por cierto) sobre el Arenal lo que quiero decir es que debemos formar a nuestros alumnos como personas que sientan respeto por el medio en el que viven, que sean capaces de cuidar la naturaleza porque forma parte de nosotr@s. Quiero destacar un famoso proverbio africano que dice: "La tierra no la heredamos de nuestros padres, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos".

A continuación, incluyo un poema del poeta petrolanco Paco Mollá:

Parecía, extendida en la montaña,
la cola de un cometa luminosa...
¡Ninguna cosa igual hay en España,
por grande, por insólita, por hermosa!

Parecía también la cabellera
de oro matizada y alabastro
que una diosa en el monte distendiera
para el beso de amor campar de un astro...

Muchas veces, se dice que la luna
cansada de mirar tierras y mar,
feliz babaja el Arenal de Pruna
como una niña astral para jugar...



PD: Siento todo este rollo para llegar a la Educación Medioambiental, estoy un poco nostálgica estos días...

Alejandra Serrano Rivera


9 comentarios:

Unknown dijo...

Entiendo bien lo que dices porque antes podía hacer acampada libre en una zona de Madrid que no nombraré y hace tiempo que no por indénticos motivos. La verdad, es que me parece bien que prohiban ciertas cosas en ciertos lugares ya que el "Hombre" suele comportarse como las langostas cuando de modas se trata y, para mí, está claro que mucho de ese supuesto interés por la naturaleza de hoy en día nace de la moda y no del amor y el respeto por las otras formas de vida. En fin... Excelente cita africana. Gracias Alejandra

Alejandra dijo...

Gracias Luis por tu comentario. La verdad es que no soy la persona más ecologista del mundo, pero sí que creo que hay que tener unos valores "básicos", porque con poco que hagamos cada uno podemos ayudar a no destruir lo poco que nos queda.

Mª Carmen dijo...

Sandra, yo también iba de pequeña al Arenal, todas las pascuas íbamos con una vecina que era de Petrer, y me encantaba. Cuando lo cerraron me dio mucha pena.
Estoy de acuerdo con vosotros que debemos enseñar unos valores "básicos" para que no destruyamos este mundo, un mundo que no cuidamos, de lo cual, creo, que ya nos estamos empezando a arrepentir.

Alejandra dijo...

Era lo mejor el Arenal. Yo me acuerdo de aquellos momentos intentando subir, con la arena hasta las rodillas... y cuando por fin lo conseguíamos, bajábamos corriendo en menos de 5 min. bueno, a veces tardábamos más si nos caíamos por el camino y nos quedábamos lamentándonos o riéndonos, jejejeje. Por cierto MªCarmen, voy a modificar la entrada para poner que tú tb ibas...

besicooossssssssss

Anónimo dijo...

Pero que cosa más bonita... y el Arenal no se puede ver ya??? Jooo sandraa yo quiero verlo... Llévame porfavor...!!!! Soy Eva de Gimnasia

Alejandra dijo...

Sí se puede ver!!! Lo que pasa es que creo que está vallado, pero sí podemos ir!!! En cuanto os quitéis el inglés de encima que iréis más desahogados hacemos algo en Elda!!! Barbacoa en mi campo o lo que sea y nos vamos al Arenal!!!

Jacobo dijo...

El Arenal: viejos recuerdos soñados vienen a mi cabeza cuando pienso en este paraje natural al que tantos días (y sobre todo, como ha comentado Sandra, los días de pascua) fuimos con nuestra familia y amigos cuando éramos más pequeños.
Las anécdotas que nos ha contado nuestra compañera Sandra son entrañables, y por eso no puedo evitar (ahora que puedo) añadir algunas 'cosicas' más -y por supuesto reafirmar los comentarios de nuestra compañera.
¿Por qué?, os estaréis preguntando algunos. La respuesta es sencilla: porque todas las anécdotas que ha contado Sandra no sólo son ciertas, sino que además, los que hemos disfrutado del Arenal en nuestra infancia podemos alterar hoy las coordenadas espacio-temporales y trasladarnos a través de nuestros recuerdos a esos gratos momentos que, estoy seguro, no se borrarán de nuestra memoria.
En general, lo que hacíamos todos los niños cuando llegábamos allí era lo siguiente (no conozco a nadie que no hiciese lo mismo): la desesperación por subir a la pequeña duna hacía que, una vez bajabamos del coche, nos fuésemos corriendo hacia la montañita de arena para subirla. Entre la alegría y la desesperación por ver quién llegaba primero (fijaros qué tontería, si luego íbamos a bajar en un santiamén -ilusiones de niños-) oíamos cómo nuestros padres nos gritaban [esto es lo que se te había olvidado poner Sandra]: "No se os ocurra levantar ninguna piedra, que hay muchos escorpiones y ciempieses (creo que se escribe así el plural de esta palabra) y os pueden picar, y si os pican os moriréis!!!!"
Y no veáis si había!!... durante los años que fui allí, no paré de levantar las piedras y, coño!!, no vi ni uno de estos arácnidos ni miriópodos!! jajaja.
Pero, y la ilusión que nos daba subir aquella montañita de arena??. Daba igual cómo lo hicieras y lo que tardases en subir: andando, corriendo (lo que se podía), ayudando a alguien... porque una vez estabas en la 'cima', ese esfuerzo se recompensaba con las bajadas, ya fueran a pie o rodando por la arena.
Subíamos y bajábamos durante todo el día mientras los padres veían cómo lo hacíamos (santa paciencia de nuestros padres!!)
Nuestros padres, claro está, no nos prohibían subir tanto, ni nos decían: "Es que no os cansáis"... quizá porque ellos también lo hicieron cuando eran niños, o quizá porque les encataba ver cómo nos divertíamos tanto.
Y al llegar a casa... pues podéis imaginar cómo acababa de arena la tina del aseo después de que nuestros padres nos obligasen a ducharnos; porque no sé vosotros, pero nada más llegar a mi casa del Arenal ducharnos era lo primero que teníamos que hacer yo y mi hermana para no dejar la casa llena de 'tierra'.
En fin, no os olvidéis de los recuerdos más felices de vuestra infancia porque muchas veces nos hacen ver que seguimos vivos y que esta vida todavía merece la pena.
Y gracias, Sandra, por escribir todo esto, necesitaba un poco de reminiscencia entre alegre y nostálgica a la vez!! jeje

Jacobo dijo...

Coño!! me he enrrollado demasiado. Lo siento!!

Alejandra dijo...

nene!! me encanta y sólo puedo decir una cosa: GRACIAS!!! Has transmitido cosas de aquellos días que yo no he hecho... lo de los ciempieses, me ha encantado!! jajaja qué verdad tan grande!!! Menos mal que tenemos los recuerdos felices de la infancia, donde nos refugiamos en días nublados como los que estamos teniendo últimamente...

Gracias de todo corazón a todos los que habéis participado en esta entrada tan especial para los que hemos vivido estos días!!

Publicar un comentario

Entrada más reciente Entrada antigua Inicio